jueves, 16 de agosto de 2012

Mi segundo hogar

Ayer llevé a mis viejos al aeropuerto. Después de ocho lindísimos días, llegó la hora de desperdirnos. Ahí me vi, una vez más, en ese lugar, escenario de las más variadas situaciones: ansiados reencuentros, tristes despedidas, comienzo de esperadas vacaciones. Todo resumido en un único lugar. Es increíble el significado que cobran sitios como éste cuando se está lejos de casa. Para mí Guarulhos representa un mix de emociones: felicidad extrema y tristeza absoluta. Refleja los mejores comienzos y los más indeseados finales. Como en todo, las primeras experiencias son las más traumáticas. Con el tiempo aprendí que después de cada final hay un nuevo comienzo. Esa es la convicción que me mantiene feliz.

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