Este cartel está en los
ascensores de mi edificio. No es el único lugar donde lo vi. Debo confesar que
cuando lo leí por primera vez me llamó muchísimo la atención. Desconozco si
existe este tipo de leyes en Argentina, pero de seguro no hay carteles en los
lugares públicos avisándole al potencial discriminador que, si decide poner en
práctica sus prejuicios, tendrá problemas con “la Ley”. Pensaba que la
discriminación ya no era una de las principales problemáticas del famoso país tropical.
El año pasado, una brasilera –
conocida de la vida, se podría decir- me comentó que había visitado Buenos
Aires la semana anterior y que le había encantado. Durante varios minutos,
disfruté escucharla hablar maravillas sobre diversos aspectos de la ciudad -
compras, comida, turismo, etc. - hasta que, en determinado momento, decidió
hacer referencia a otro aspecto "positivo": “Percibí que allá
no hay negros ¡Qué suerte que tienen!”. Ante mi cara de completo rechazo por el
comentario poco feliz - por no decir completamente discriminatorio - que
acababa de escuchar, la muchacha en cuestión sonrió y dijo: “¡Ay, obvio que era
un chiste!”. Sí, yo pensaba que la discriminación ya no era una de las
principales problemáticas del famoso país tropical, pero parece que, infelizmente,
me equivoqué.
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